sábado, 9 de mayo de 2015

NUESTRO DIOS ESTÁ PENDIENTE A LAS ALMAS DESTROZADAS POR EL DOLOR, Y SE CONMUEVE

"No tengas miedo. Cree solamente" Puede que digas: "Pero cuando tengo dolor, no tengo la fortaleza para creer. Estoy demasiado débil, demasiado agobiado", Entonces dile: "Señor, tienes que poner fe en mí. No puedo creer por mi solo" El Espíritu Santo es fiel para hacer ese trabajo. Él nunca ha fallado en hacerlo por mí.
El dolor es definido como “pena profunda” o “tristeza causada por preocupación extrema”. Isaías nos dice que el Señor mismo está familiarizado con esta dolorosa emoción: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores” (Isaías 53:3).
Vemos ejemplo poderoso de la respuesta amorosa de Dios al dolor en Marcos 5. Este capítulo contiene el encuentro de Jesús con Jairo, un Principal de la sinagoga.
Como principal de la sinagoga en Capernaúm, Jairo era parte de un sistema religioso que había rechazado a Jesús.No sabemos qué pensaba Jairo personalmente acerca de Cristo, pero lo que sí sabemos es que él había presenciado su poder sanador.
Es muy probable que en la sinagoga de Jairo, Cristo sanara a un hombre con una mano seca. Y probablemente Jairo se encontraba entre la muchedumbre cuando Jesús echó fuera espíritus diabólicos que gritaban “Tu eres el hijo de Dios” (Marcos 3:11).
Así mismo Jairo debió haber sabido acerca de los poderosos hechos de Jesús en otras ciudades. Él y los otros ancianos en Capernaúm ejercían su gran influencia para rechazarlo, causando que Jesús dijera, “Y tu Capernaúm que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida: porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy” (Mateo 11:23).
Pero ahora, mientras leemos la historia de Jairo en Marcos 5, encontramos que el dolor llegó a la casa del dirigente. Su hija de doce años yacía enferma en cama “agonizando” (Marcos 5:23). Seguramente esto hizo que Jairo reconsiderara a Jesús.
Si este problema no hubiese afligido al hogar de Jairo, dudo que hubiera venido a Jesús: Aún el milagro de la mano restaurada no había conmovido a Jairo. Las multitudes estaban amontonadas para escuchar a Jesús predicar y verlo realizar Milagros, pero ni aún todo eso había logrado acercar a Jairo hacia Él. Quizás la propia hija de Jairo conocía a Jesús, ya que las escrituras dicen que los niños creían en Él y lo alababan. Me puedo imaginar a esta pequeña niña enferma suplicando, “Padre, pídele ayuda a Jesús, Él me sanará”. Ahora la amada niña de Jairo estaba agonizando ¿Qué clase de batalla interna libró el Principal de la sinagoga antes de acudir a Jesús por ayuda? Su círculo social se burlaba de Jesús llamándolo impostor.  Ellos querían destruirlo al punto de fraguar su muerte. Si Jairo buscara la ayuda de Jesús sería obstaculizado, cortado, ridiculizado. Le costaría no solo su posición en la sinagoga, sino también su lugar en la comunidad religiosa. Él sería un rechazado.
Creo que esta es la razón por la que se nos dice que a Jairo le seguía gran multitud cuando buscó a Cristo. (Marcos 5:24). La gente de Capernaúm quería ver lo que le sucedería a este principal de la sinagoga si él llevaba a Jesús a su casa.
Así que ¿Cuál fue la respuesta del Señor cuando Jairo cayó a sus pies y le suplicó grandemente? Simplemente se nos dijo “Jesús fue con él “(Marcos 5:24). Cristo respondió con amor, aún a pesar de que la fe de Jairo nacía del dolor.
Me puedo imaginar lo que los discípulos estaban pensando: “Este hombre Jairo no quería nada con el Señor cuando todo estaba bien. Ahora él solo lo quiere porque tiene problemas. Jairo ha venido a Jesús porque no tiene otras opciones”. Estaban en lo correcto: Solo el dolor había llevado a Jairo hacia Jesús. Aún el hecho es que servimos a un Salvador que responde amorosamente a cada una de nuestras heridas, dolores y penas. Lo que hizo Jairo, lo hemos hecho todos. En pasadas ocasiones nosotros nos olvidamos del Señor, lo abandonamos y aún quizás lo rechazamos. Sin embargo la pregunta que más le preocupa a Dios es esta: ¿Dónde estás tú conmigo ahora mismo? ¿En tu pena actual me buscarás? Aún cuando Dios estaba castigando a su pueblo Israel, Él estaba profundamente conmovido por su pena. Jueces 10:16 nos dice “Él fue angustiado a causa de la aflicción de Israel”. En términos literales, el Señor se lamentaba por su gente, lleno de profundo dolor.
Hasta ese punto, le había dicho a esa generación,“No te libraré ya más”. Sin embargo ahora, en su tiempo de miseria, el respondía adentrándose en su dolor.
Es maravilloso tener a Jesús caminando con nosotros a través de nuestro dolor, de la misma manera que lo hizo con Jairo. Aún cuando un milagro está a punto de suceder, puede haber retrasos. Aunque Cristo estaba con él, un retraso mortal traería a Jairo al punto de la desesperanza.

De camino a la casa de Jairo, Jesús retrasó el milagro de Jairo. Él estaba tratando de enseñarle a Jairo una profunda lección. Imagínese lo que sucedía en esa escena: Jairo estaba desesperado por llevar a Jesús al lado de su hija. Sin embargo esta mujer con su problema de sangrado estaba divagando una y otra vez, diciéndole a Jesús su historia completa. De acuerdo a las escrituras, “Ella le dijo todo”, lo cual le llevó mucho tiempo. Me pregunto: Si Jairo se dijo a sí mismo, “Esta mujer ha estado enferma por doce años, ¿Acaso no podría esperar esto un par de horas más? Mi hija está a punto de morir en este preciso momento". Me lo imagino frotándose sus manos, nerviosamente cambiando de un pie a otro, meciéndose sobre sus dedos, mirando si un mensajero venía. 
El hecho es que Jesús pudo haber ido derecho a la casa de Jairo sin demora. Él pudo haber sanado a la mujer y ya, sin escuchar su historia completa. Pero él lo demoró todo con un propósito. Aquí está la primera parte de la lección que Él quería impartir: Es posible que estamos tan consumidos por nuestro propio sufrimiento y dolor, nuestra propia necesidad de un milagro, que somos incapaces de regocijarnos en lo que Jesús está haciendo por otros. Para acabar pronto, nuestro dolor puede cegarnos a la necesidad de otro más allá de la nuestra.
Esto trae la parte dos de esta lección: Cuando vemos lo que Jesús hace por otros, puede construir nuestra fe para nuestro propio problema. Yo creo que Jesús estaba tratando de fortalecer la fe de Jairo en esta escena. Él bien pudo haberle dicho: “Jairo, conozco tu desesperación. Sé todo acerca de la situación de tu hija. ¿Pero no puedes tenderle la mano a esta pobre mujer? Ella ha sufrido cada día por doce años, cada hora desde el momento en que tu hija nació.
Así que ¿Ha habido un retraso en la respuesta a tu oración? ¿Ves a otros a tu alrededor obteniendo victorias, siendo tocados y sanados, teniendo milagros – aún así ¿te mantienes impotente en tu sufrimiento? Te impacientas o enojas con Dios gritando, "¿Por qué yo no, Señor? ¿Dónde está mi milagro? ¿Por qué estás demorando? Sí es así, Tú estás perdiendo el punto completamente. El señor está tratando de aumentar tu fe. Él quiere que te muevas más allá del dolor y confíes en él sin importar la demora que pueda venir. Él está mostrándote que él puede estar trabajando sanando a miles alrededor de ti y aún todavía tiene sus ojos en ti!
Oh, cuántas mentiras habrá susurrado Satanás al oído de Jairo. “Todo esto ha sido en vano. Jesús no puede hacer nada por ti. No hay milagro. Esta mujer reclama ser sanada, pero ¿Es real?”. Después vinieron las penetrantes palabras del mensajero: “¿Para qué molestas más al Maestro?” Piensa en lo que se le dijo a Jairo aquí: “No tiene caso. Es demasiado tarde para que Dios actúe. Gracias Jesús, pero no gracias. Esperaste demasiado tiempo para ayudar.” Puedo escuchar una voz reprendiendo a Jairo: “Confiaste en este Jesús. Caíste a sus pies y suplicaste su ayuda. Pero nada de esto funcionó. Ahora es tiempo de apretar los dientes y regresar a la sinagoga. Jesús no puede ayudarte” Aún así Jesús escuchó todo lo que estaba pasando. Ahora mientras Él veía el temor, la desesperación y el dolor en la casa de Jairo, Él le dijo, “No temas, cree solamente” (Marcos 5:36). Creo que Jesús le estaba diciendo a esa multitud y a nosotros ahora: “No es suficiente caminar conmigo, pídeme y cae a mis pies arrepentido. Debes confiar en mí. Debes creer que yo puedo volver a la vida desde la muerte.”
En efecto, había una prueba final de la fe de Jairo: Fue forzado a mirar a la muerte directo a la cara. La hija de este hombre quebrantado estaba muerta. Imagínese el caos y confusión en su hogar cuando él y Jesús llegaron. Veo a la esposa de Jairo colapsarse en sus brazos llorando, ¿Dónde has estado? Es demasiado tarde, nuestra preciosa hija se ha ido. Como era la costumbre de aquel tiempo, profesionales dolientes pagados estaban llorando y gimiendo en la escena. A pesar de que Jesús lo vio todo, les dijo.”¿Por qué el alboroto y el llanto? La niña no está muerta, sino duerme” (5:39) ¿Cuál fue su reacción? "Se burlaron de Él” (5:40). Una vez más rechazaron el mensaje de Jesús.
Esta escena ilustra lo que el Señor nos pide a todos. Estamos para caminar directo a nuestro lugar de confusión con la muerte, terror y burlas, con la cabeza abajo pero luego tenemos que obedecer esta palabra: “No temas, cree solamente!”
No sabemos si la fe de Jairo se mantuvo firme o si su corazón fue aplastado por el miedo. Sólo sabemos que todos estaban sorprendidos por lo que tuvo lugar a continuación. Jesús tomó a la niña muerta por la mano y dijo: "Muchacha, a ti te digo, levántate. Y luego la muchacha se levantó y caminó, pues era de la edad de doce años" (5:41-42).
                                    •.¸¸•´¯`•.¸¸. Patricia  .¸¸•´¯`•.¸¸.•
                                                                         


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