martes, 2 de junio de 2015

¡¡SUPERANDO LA... TIMIDEZ!!

Jeremías, profeta dotado de gran sensibilidad; tímido y emotivo. Tenía la necesidad de estar buscando la paz y la ternura en las personas, con la dureza del mensaje de Dios que tiene que anunciar, él  vivió momentos terribles por su pueblo como el período de la humillación y del exilio de su tierra.
Jeremías se resistía aduciendo como excusa que él era demasiado joven y débil para este oficio tan importante y Dios le respondió "No digas que eres demasiado joven o demasiado débil porque Yo iré contigo y te ayudaré. Los primeros 17 años profetizó solo por medio de la palabra hablada. Después empezó a dictar sus profecías a su secretario Baruc, y lo que le dictó son los 52 capítulos del Libro de Jeremías en la Biblia. Siguió profetizando durante los reinados de Joacaz, Joaquin, Jeconias y Sedecias. Presenció la destrucción de Jerusalén y su templo y se quedó en la ciudad destruida consolando y corrigiendo a los israelitas que allí habían quedado.
Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra. Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte. Me dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra. Porque he aquí que yo convoco a todas las familias de los reinos del norte, dice Jehová; y vendrán, y pondrá cada uno su campamento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y contra todas las ciudades de Judá. Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoró. Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte. (Jeremias 1: 1- 19)
    Dios llamó a Jeremías para ser profeta del reino sur de Judá. Su ministerio abarcó sus últimos cuarenta años. Fue un tiempo en que la nación se rebelaba contra Dios, en vez de buscar a Dios para enfrentar a sus enemigos hacen alianzas políticas y Jeremías les sale a su paso para advertirles que deben arrepentirse de sus pecados y volverse a Dios y a su ley. Para hablar del llamamiento de Dios a alguien a quien Dios quiera usar para su servicio, necesariamente debe hablarse de la principal característica que distingue a un hijo de Dios y esa es la humildad. 
Vivir con Jeremías, es comprender a su pueblo, su mensaje, y sus problemas. El tiene mucho que decir a su propia generación conforme les ad­vierte de la condenación que se cierne sobre ella. Pero comparado con Isaías dedica relativamente poco espacio a las futuras esperanzas de restauración. El juicio es inminente en este tiempo, especialmente tras la muerte de Josías. Se concentra en los problemas corrientes en un esfuerzo para hacer volver hacia Dios a su generación. Un hombre con un vital mensaje durante los últimos cuarenta años de la existencia nacional de Judá como reino, Jeremías relata más de sus experiencias personales, que lo que hace cualquier otro profeta en tiempos del Antiguo Testamento. Jeremías predicó antes y durante la caída de Jerusalén ante Babilonia. 
Todos hemos tenido ratos de timidez. Aún los caracteres más firmes. Aún las personalidades más recias. Nadie se escapa de tartamudear algunas veces en sus acontecimientos inesperados para el cual va preparado.
Pero muchas veces la timidez en nuestra vida provoca que perdamos algunas bendiciones que Dios nos quiere dar, es por ello que en esta hora quería hablar de este “problema” que muchos jóvenes y adultos tenemos.
Si tu eres una persona que crees que eres tímida es hora que comiences a creer lo que Dios puede hacer en tu vida. No dejes pasar las bendiciones de Dios por creer que no lo podrás lograr o por algún complejo que el enemigo quiera poner en tu vida. Es hora de permitirle a Dios que el haga lo que quiera con tu vida... ADELANTE CON LA AYUDA DE DIOS ERES MAS QUE VENCEDOR!!!.

    •.¸¸•´¯`•.¸¸. Patricia  .¸¸•´¯`•.¸¸.•







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