Nuestro riquísimo idioma nos permite un juego de palabras que puede servir para introducirnos en una temática por demás compleja y de abordaje impostergable.
Se trata del rol de padres, tan discutido en los últimos años. Los padres de hoy en día, son criticados por sus hijos…ni hablar de sus propios padres y las generaciones mayores en general, que se alarman al ver a nuestros niños y no tan niños violando todos los valores y reglas que rigieron una época de exaltación de valores familiares, tradiciones y apego a las reglas. Los docentes les enrostran que son permisivos y sobreprotectores, los médicos dicen que son insufribles por exceso de cuidados y aprensiones a las enfermedades y peligros.
La sociedad en general los observa y demanda; muchas veces los tilda de frívolos, ingenuos, complacientes, egoístas o incompetentes.
Nada de esto, claro, alivia la carga o aporta solución alguna a la angustia y la frustración que los padres sentimos a diario enfrentando esta tremenda realidad acosados por miles de dudas y con pocas, muy pocas certezas. Este sentimiento se agiganta cuando los hijos ya no son tan pequeños, cuando ya van entrando y acaso dejando la adolescencia. Es entonces cuando muchos padres comienzan a ver a sus hijos convertidos en poco menos que monstruos extraños, corriendo peligros, exaltados, descuidados y desaprensivos frente a la propia vida y la de otros…confundidos, deslumbrados por tanta “basura” que brilla y tanto mensaje mentirosos que lava cerebros y destruye barreras naturales de pudor, de auto preservación, de privacidad, de cuidado personal y de solidaridad y atención hacia otros.
Se trata del rol de padres, tan discutido en los últimos años. Los padres de hoy en día, son criticados por sus hijos…ni hablar de sus propios padres y las generaciones mayores en general, que se alarman al ver a nuestros niños y no tan niños violando todos los valores y reglas que rigieron una época de exaltación de valores familiares, tradiciones y apego a las reglas. Los docentes les enrostran que son permisivos y sobreprotectores, los médicos dicen que son insufribles por exceso de cuidados y aprensiones a las enfermedades y peligros.
La sociedad en general los observa y demanda; muchas veces los tilda de frívolos, ingenuos, complacientes, egoístas o incompetentes.
Nada de esto, claro, alivia la carga o aporta solución alguna a la angustia y la frustración que los padres sentimos a diario enfrentando esta tremenda realidad acosados por miles de dudas y con pocas, muy pocas certezas. Este sentimiento se agiganta cuando los hijos ya no son tan pequeños, cuando ya van entrando y acaso dejando la adolescencia. Es entonces cuando muchos padres comienzan a ver a sus hijos convertidos en poco menos que monstruos extraños, corriendo peligros, exaltados, descuidados y desaprensivos frente a la propia vida y la de otros…confundidos, deslumbrados por tanta “basura” que brilla y tanto mensaje mentirosos que lava cerebros y destruye barreras naturales de pudor, de auto preservación, de privacidad, de cuidado personal y de solidaridad y atención hacia otros.
¡Ojalá nuestros hijos sean formados por mamás y papás que amen al Señor!
¿HAS LEÍDO PARA ELLOS?
En días de descanso o vacaciones, nada más sabio que hacer una inversión en la calidad del tiempo compartido con los hijos. La lectura de La Biblia es para ello tal vez la más rica, para acercarnos a su corazón al tiempo que los iniciamos en una de las prácticas más constructivas y preciosas para el nuevo cristiano.
La infancia es una etapa, un tiempo en la vida de las personas en las que necesitan desarrollarse hacia la madurez. La inmadurez de los niños debe ser tratada en forma metódica, paso a paso, mes tras mes, año tras año. Criar es un desafío que nos lleva la vida. La meta es que estos pequeños lleguen a ser personas maduras, capaces de manejar los deseos e impulsos propios de la inmadurez, de manera íntegra y constructiva. A la luz de La Palabra.
ADELANTE PADRES, A NO BAJAR LOS BRAZOS!
Un ejemplo cristiano es el mayor regalo que puede hacer un padre a sus hijos.
Un buen padre refleja el amor del Padre Celestial.
Lecturas recomendadas:
Deuteronomio 6:1-9
Efesios 6:4
Hebreos 12:3-15
•.¸¸•´¯`•.¸¸.ஐ Patricia ஐ.¸¸•´¯`•.¸¸.•
<a href="http://www.safecreative.org/work/1409292216929-seamos-padres-malos-para-no-ser-malos-padres" target="_blank">
<span>SEAMOS PADRES MALOS PARA NO SER MALOS PADRES</span> -
<span>(c)</span> -
<span>PATRICIA ULARIAGA</span>
</a>
Muchas gracias por compartir Patri, será un placer leerte y aprender de tu experiencia. Dios te bendiga y te siga dando de su sabiduría para instruir no sólo a los pequeños, sino a las mamás de ellos, un abrazo y sé bendecida!
ResponderEliminarGracias Karla por tus palabras y por animarme a más!!!Bendiciones también para "TODA" tu vida!!! <3
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