Muchos
hoy en día son víctimas del temor, la ansiedad, y la preocupación porque no
proveen para sí mismos el alimento espiritual necesario. La mayoría de la gente
no se olvida de alimentar su cuerpo pero se olvida de alimentar su alma.
Prestando
muy poca atención a su nutrición espiritual, van desgastándose poco a poco y no
tienen fuerzas para controlar ni influenciar su mente, la cual causa estragos
en su vida.
La
Palabra de Dios nos nutre porque oímos la voz de Dios hablándonos desde sus
páginas. Por medio de la oración nosotros hablamos con Dios y dejamos nuestros
problemas en Sus manos confiando en que él puede resolverlos. Así es como
estamos en comunión con Dios. La oración es efectiva y poderosa, capaz de
eliminar la ansiedad, temor y preocupaciones de la mente de cualquiera que la
practique. Pero hay que tener fe en que Dios oye nuestras oraciones porque
creemos en El, y sabemos que nos ama, nos escucha, y quiere ayudarnos.
Santiago
1:5
“Y
si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a
todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no
dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es
arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”.
Por
tanto, si no tienes fe, pídesela a Dios, porque él ha prometido que si pedimos
recibiremos.
El
texto de Isaías 26:3 es maravilloso, cuando tenemos ansiedad, temor, o
preocupación:
“Tú
guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en
ti ha confiado”.
Juan
14:27
“La
paz os dejo, mi paz os doy. Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe
vuestro corazón, ni tenga miedo”.
Lean
y mediten en estas palabras. Son palabras de vida y paz.
La
fe y la oración son algo poderosísimo. Millones de personas lo han
experimentado. No hay droga, calmante, ni sedante que se pueda comparar con la
fe en Dios Todopoderoso y la oración.
El
enemigo de Dios y de nuestra alma quisiera engañarnos y decirnos que no es
verdad, que es solo imaginación, pero los que lo vivimos diariamente lo
experimentamos y lo vemos igualmente actuando de forma efectiva en otros
creyentes que conocemos.
Mateo
11:28
“Venid
a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad
mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; Y
HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS; porque mi yugo es fácil y ligera mi
carga”.
La
vida Cristiana es la vida más feliz que existe. Muchos no saben esto
porque no la conocen. Es una relación personal con un Dios amoroso,
misericordioso, y compasivo.
“Mi
yugo es fácil, y ligera mi carga”. Esto es totalmente cierto.
Lo
que realmente pesa es el pecado sin confesar, es la carga más grande que
soportamos sobre nuestros hombros. El pecado se confiesa directamente a Dios,
pidiendo perdón. No se necesitan intermediarios.
1
Juan 1:9
“Si
confesamos nuestros pecados, él (Jesús), es fiel y justo para
perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
Estos
versos se hacen reales solo después de haberlos experimentado.
“La
tarde que le pedí a Dios, en nombre de Jesús, que perdonara mis pecados,
yo estaba cargada con un peso de culpabilidad y temor. Después de unos
momentos de confesión a Dios y arrepentimiento, la culpa y temor desapareció, y
una alegría inmensa invadió mi corazón.
Sólo
una visita al altar de Dios y me libré del peso y la ansiedad que tenía y que
me había estado consumiendo, perturbando y vaciando mi vida durante años.
Dios
tenía un REGALO preparado para MÍ!!! Y yo lo tomé!!
•.¸¸•´¯`•.¸¸.ஐ Patricia ஐ.¸¸•´¯`•.¸¸.•
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