He aquí, herencia de
Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.
-Salmo 127:3-
¿Qué
dice la Biblia al respecto?
Para que usted pueda llegar a ser
un buen padre o madre, lo primero que debe entender es que ¡sus hijos no
son suyos, son del Señor! –Los hijos son una herencia que Dios le ha dado.
Es interesante meditar en la comparación que el salmista hace de los
hijos en el salmo que leímos ¿Por qué los comparará con una herencia? – Porque hay 2 cosas que usted como padre debe entender, primero:
los hijos son valiosos y segundo: ellos no son suyos, son propiedad
de Dios, él se los ha confiado a usted para que haga de ellos hombres y
mujeres de bien. Pero existe un problema con las herencias,
¿sabe cuál es? - que si usted la administra mal, sino no hace buen uso de
ella se puede desperdiciar, malgastar y hasta perder.
¿Está usted administrando bien la herencia que Dios le ha dado?
-Esta herencia, que son sus hijos, sólo se puede administrar bien si usted
sigue los principios y lineamientos que Dios le ha dejado en su palabra.
La Palabra de Dios deja claro de quien es
la responsabilidad de criar a los hijos – ¡Es de los padres!, no de los
abuelos, ni de los tíos o tías, tampoco es de los maestros de escuela dominical
-SI usted es el padre o la madre entonces es su responsabilidad criar a sus
hijos, no descuide su responsabilidad ni se la ceda a otros, porque
recuerde que Dios a quien le pedirá cuentas es a usted, sus hijos son la
herencia de Jehová.
-La importancia de la instrucción
Prov. 22:6 “Educa a tu hijo desde niño, y aun
cuando llegue a viejo seguirá tus enseñanzas”. (Lenguaje Actual)
¡¡Ha llegado el bebé!! Y este bebé se vive como uno de los acontecimientos más importantes en la vida
que transforma las relaciones de pareja, generando mucha felicidad pero también
ansiedad y conflictos que deben ser
superados a través del diálogo. Los trastornos del sueño conllevan un cansancio
en la pareja hasta el punto de sufrir estados de ansiedad, la alteración de las rutinas impide encontrar tiempo
libre para hacer aquellas actividades que solíamos hacer.
¿Qué hacer?
Un hijo transforma por completo la cotidianidad,
tanto desde el punto de vista individual como desde una perspectiva conyugal.
El bebé cambia los hábitos de los padres, que deben acondicionar su tiempo, su
espacio y sus costumbres a este nuevo miembro de la familia que no entiende de
horarios, días festivos ni fines de semana y que revoluciona con su presencia
un hogar formado hasta entonces sólo por dos. Esta transformación en la vida de
las parejas, que en general produce enorme satisfacción y alegría, también
puede traer consigo otros sentimientos menos positivos, incluso generar crisis.
En un
principio se pasa de ser dos a ser tres, es un cambio muy grande que requiere
la reestructuración de la pareja. Con la llegada de un bebé la relación de la
pareja sufre un proceso de cambio que puede generar conflictos si no se está
alerta. Estos problemas pueden ser de muy diversos tipos y uno de los más
frecuentes se relaciona con los padres, ya que a los hombres les cuesta
encontrar su papel en esta relación de tres: la madre, sobre todo en los
primeros meses, está muy pendiente del niño, su mundo se centra en la criatura
y el padre se puede sentir desplazado.
Otras
cuestiones no deseadas que puede generar el nacimiento de un hijo son los sentimientos
negativos como la ansiedad, la culpabilidad y los temores. Nos preguntamos si
lo vamos a hacer bien, si seremos buenos padres. Por esto, es preciso
prepararse para la llegada del bebé, revisar nuestro 'niño interior', las
huellas de nuestra propia infancia.
Cabe
aclarar además, que la decisión de tener hijos debe estar por encima de la
pareja, ya que el bebé no es una forma de "salvar" una relación poco
sólida. Por ejemplo, si el bebé 'viene a arreglar algo' probablemente va a
vivir con ese mandato a lo largo de su vida, quizás va a tener un afán de
excesiva rigidez. Es fundamental que la pareja se vincule bien, para poder
integrar al bebé a esta familia, que ahora es de tres.
Por esta
razón, la preparación para recibir un bebé es muy importante la Asociación
Nacional de Educación Prenatal (ANEP) realizan las siguientes sugerencias ante
la llegada del primer bebé:
· La
primera propuesta es aumentar
el diálogo en la
pareja, favoreciendo la comunicación y la escucha activa.
· En segundo
lugar, es indispensable relajarse,
buscar momentos de silencio y estar solo para recibir mejor al bebé.
Ansiedad y temores
Si hace
unas décadas atrás el cuidado de los niños era responsabilidad exclusiva de las
madres, hoy esta función dista de ser únicamente de las mujeres. Por este
motivo, ante la llegada de un niño los padres y las madres deben resolver cómo
se repartirán el cuidado del bebé, ajustando y adaptando, en la medida de lo
posible, sus horarios.
Los
momentos de absoluta y completa intimidad se verán drásticamente reducidos con
la llegada del bebé a la familia, pero esto no indica que la calidad del
vínculo se vea deteriorada. Además, los expertos sugieren que se busquen formas
alternativas de gratificación que
incluyan besos, caricias, diálogos y redescubrir el placer de estar juntos,
sobre todo en los primeros meses, hasta que los ritmos se reajusten a la nueva
vida familiar.
Para
evitar conflictos, es importante el diálogo: cada uno tiene que preocuparse de
pedirle a la pareja lo que quiera y comunicarse mejor. Lo fundamental es hablar
porque con la llegada de un bebé las parejas reaccionan de formas muy diversas
según la personalidad de los padres, la historia familiar y la historia de la
relación.
•.¸¸•´¯`•.¸¸.ஐ Patricia ஐ.¸¸•´¯`•.¸¸.•
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